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Incendios sin precedentes, alimentados por el cambio climático, amenazan los bosques emblemáticos del Patrimonio Mundial

mardi 24 juin 2025
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© Instituto Homem Pantaneiro

En una actualización del informe conjunto de la UNESCO, WRI y UICN « Bosques del Patrimonio Mundial: sumideros de carbono bajo presión », nuevos datos revelan que los incendios han sido responsables de aproximadamente el 75 % de la pérdida de cubierta forestal en los sitios del Patrimonio Mundial. La pérdida de cubierta forestal, cada vez mayor y sostenida, debida a incendios alimentados por el cambio climático, ha llevado a emisiones récord y amenaza los robustos sumideros de carbono que representan los bosques del Patrimonio Mundial.

Los incendios son la principal causa de la pérdida forestal en los sitios del Patrimonio Mundial

Desde 2001, aproximadamente 4,5 millones de hectáreas de bosque —más que la superficie de Suiza— se han perdido en los sitios del Patrimonio Mundial, siendo los incendios responsables de alrededor del 75 % de esa pérdida. La gran mayoría —aproximadamente el 80 %— de la pérdida de cubierta forestal relacionada con incendios se produjo en los bosques de alta latitud, principalmente en América del Norte y Siberia. Los bosques de Australia representan un 15 % adicional de la pérdida, mientras que todas las demás regiones contribuyeron con aproximadamente un 5 %.

Las líneas continuas muestran la pérdida anual de cubierta forestal en los sitios del Patrimonio Mundial según la causa, mientras que las líneas de puntos indican las tendencias a largo plazo. 
Fuente: WRI Land & Carbon Lab 

Aunque el número de sitios del Patrimonio Mundial afectados por incendios anualmente ha disminuido ligeramente en los últimos años —afectando en promedio a alrededor de la mitad de todos los sitios forestales por año—, la gravedad de estos eventos está aumentando. Desde 2020, la pérdida de cubierta forestal relacionada con incendios ha promediado aproximadamente 240.000 hectáreas por año, más del doble del promedio anual registrado a comienzos de la década de 2000.

En contraste, la pérdida de cubierta forestal no relacionada con incendios se ha mantenido relativamente estable, con un promedio de alrededor de 45.000 hectáreas por año. Esta pérdida se atribuye principalmente a las presiones antrópicas sobre el uso de la tierra, como la tala ilegal, la recolección de madera y la expansión agrícola relacionada con el pastoreo de ganado y la producción de cultivos, principalmente en los sitios incluidos en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro. Se observaron aumentos en la pérdida forestal no relacionada con incendios en 2016-2017 y en 2020, vinculados a los impactos de huracanes y tormentas en el Caribe y Asia, y a la expansión agrícola intensificada debido a la limitada capacidad para monitorear actividades ilegales durante la pandemia de COVID-19, respectivamente. Sin embargo, la pérdida forestal por causas no relacionadas con incendios ha regresado gradualmente a los niveles previos a la pandemia.

« Los datos son claros: el cambio climático ya no es una amenaza lejana —está aquí, ahora, y está amenazando el patrimonio natural insustituible de nuestro mundo».

El cambio climático está intensificando los incendios en los sitios del Patrimonio Mundial

El aumento constante de la pérdida de cubierta forestal relacionada con incendios destaca la creciente influencia del cambio climático sobre los regímenes de incendios en los sitios del Patrimonio Mundial. Aunque el fuego cumple un papel natural en muchos ecosistemas —especialmente en los bosques templados y boreales de alta latitud—, el aumento de las temperaturas, las sequías prolongadas y los cambios en los patrones meteorológicos están creando condiciones que alimentan incendios más intensos. Cuando los bosques arden, liberan importantes cantidades de carbono almacenado en los árboles y los suelos a la atmósfera, principalmente en forma de dióxido de carbono (CO₂). Estas emisiones agravan aún más el cambio climático y aumentan la probabilidad de nuevos incendios, en un « bucle de retroalimentación fuego-clima » que se refuerza a sí mismo.

Fuente: WRI Global Forest Watch

Los incendios forestales en los sitios del Patrimonio Mundial han provocado un promedio de casi 60 millones de toneladas de emisiones de CO2 equivalente (Mt CO2e) por año, equivalente a las emisiones anuales de combustibles fósiles de Austria. En gran parte debido a incendios extremos, las emisiones relacionadas con los incendios en los bosques del Patrimonio Mundial se han disparado en los últimos años. En 2023, un incendio récord arrasó más de 300.000 hectáreas de bosque en el Parque Nacional Wood Buffalo de Canadá, liberando unas 190 Mt de CO2e, aproximadamente el equivalente a las emisiones anuales de combustibles fósiles de Argentina. Esto más que duplicó el récord anterior establecido en 2021 en Pimachiowin Aki, Canadá (86 Mt CO2e). Los devastadores incendios de 2019-2020 en Australia arrasaron alrededor de 300.000 hectáreas en la Región de las Montañas Azules, emitiendo más de 45 Mt de CO2e.

Pérdida de cubierta forestal debido a los incendios (en marrón) en el Parque Nacional Wood Buffalo de Canadá tras los incendios de 2023 (izquierda), en Pimachiowin Aki tras los incendios de 2021-2022 (centro) y en la Región de las Montañas Azules de Australia tras los incendios de 2019-2020 (derecha)
Fuente: WRI Global Forest Watch 

En los trópicos — donde los incendios han sido históricamente raros — la actividad de los incendios se ha disparado, impulsada por importantes brotes en sitios como el Parque Nacional Noel Kempff Mercado en Bolivia, en la cuenca del Amazonas, y el Área de Conservación del Pantanal en Brasil. Desde 2020, el fuego ha sido responsable de aproximadamente el 35 % de la pérdida de cubierta arbórea y de las emisiones asociadas en los bosques tropicales del Patrimonio Mundial, más de cuatro veces el promedio anual registrado a comienzos de la década de 2000.

Fuente: WRI Land & Carbon Lab

« Estos incendios cada vez más intensos no solo están destruyendo la cubierta arbórea y el sotobosque, sino que están desmantelando sistemas ecológicos y bosques primarios vírgenes que sustentan los medios de vida de las personas y proporcionan varios servicios ecosistémicos, como la regulación del clima y el mantenimiento de la salud humana ».

Los sumideros de carbono y la biodiversidad en los sitios del Patrimonio Mundial están bajo un riesgo creciente

Los incendios pueden tener impactos negativos profundos en los ecosistemas, en particular al contribuir al cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Con más de 70 millones de hectáreas de bosques —más que la superficie de Alemania— los sitios del Patrimonio Mundial han desempeñado tradicionalmente un papel crucial en la captura de carbono. Sin embargo, a medida que aumenta la intensidad y frecuencia de los incendios, este papel está en peligro. Las emisiones relacionadas con incendios en los bosques del Patrimonio Mundial representan ahora alrededor del 40 % del carbono que estos bosques absorben cada año (80 frente a 200 Mt de CO2/año), lo que da como resultado un sumidero neto de carbono de 120 Mt de CO2e/año. Los bosques de sitios de Patrimonio Mundial en alta latitud han pasado colectivamente de ser sumideros de carbono a convertirse en fuentes netas de carbono, emitiendo alrededor de 5 Mt de CO2e/año. En contraste, los bosques de latitudes más bajas —principalmente en los trópicos— siguen siendo robustos sumideros de carbono, absorbiendo aproximadamente 130 Mt de CO2e/año. Sin embargo, los incendios en regiones tropicales son especialmente dañinos, ya que su densa vegetación y alta biomasa hacen que liberen más carbono por unidad de bosque perdido que los incendios en regiones más frías. Esto convierte a los incendios tropicales en una amenaza creciente para la estabilidad climática, acelerando el bucle de retroalimentación fuego-clima y acercando los ecosistemas a puntos de inflexión irreversibles.

Más allá del carbono, los incendios también están poniendo en grave riesgo a los ecosistemas frágiles. En ecosistemas no adaptados al fuego —como las selvas tropicales y los humedales— los incendios pueden alterar permanentemente los hábitats, interrumpir las interacciones entre especies y borrar biodiversidad que ha tardado milenios en evolucionar. Por ejemplo, se estima que los incendios de 2019-2020 en Australia afectaron los hábitats de al menos 293 especies animales amenazadas y 680 especies vegetales amenazadas. Solo en el área de las Región de las Montañas Azules, más de 140 millones de animales se vieron afectados, incluidos aproximadamente 15 millones de mamíferos, 17,7 millones de aves y 110,4 millones de reptiles. De manera similar, en la Reserva de la Biosfera del Pantanal —que incluye el sitio del Patrimonio Mundial del Área de Conservación del Pantanal— se estima que alrededor de 17 millones de vertebrados podrían haber perecido durante los incendios de 2020. Estos incendios también empeoraron drásticamente la calidad del aire, exponiendo a las comunidades cercanas a niveles peligrosos de humo y contaminación por partículas, lo que puede provocar graves problemas respiratorios y cardiovasculares y sobrecargar los sistemas de salud.

© M & G Therin-Weise / Jaguar saliendo del bosque, Área de Conservación del Pantanal, Brazil

« La transformación de los sumideros de carbono en fuentes de carbono señala no solo una crisis ecológica, sino un punto de inflexión crítico en nuestro sistema climático —uno que amenaza tanto al mundo natural como a las comunidades que dependen de él. Invertir en sistemas sólidos de prevención y respuesta ante incendios es esencial para combatir los incendios forestales, especialmente en los bosques ricos en carbono ».

Fortalecer a las comunidades en su preparación y respuesta ante los incendios

A medida que los incendios continúan amenazando tanto la integridad ecológica como los medios de vida humanos, la preparación y la respuesta proactiva ante incendios son más importantes que nunca. Las comunidades que viven en y alrededor de los sitios del Patrimonio Mundial son a menudo las primeras afectadas por estos eventos, enfrentando la pérdida de tierras, recursos hídricos, patrimonio cultural y biodiversidad de la que dependen sus vidas y tradiciones.

Para apoyar una acción rápida e informada, la UNESCO ha estado aprovechando datos de alertas de incendios en tiempo real a través de plataformas como Global Forest Watch, desarrollada por el World Resources Institute (WRI). Estas herramientas permiten una detección temprana de los brotes de incendios y ofrecen información útil que ayuda a las autoridades locales y a los gestores de conservación a responder de forma rápida y eficaz.

Como complemento, el Land & Carbon Lab — un laboratorio de investigación geoespacial aplicada convocado por el WRI y el Bezos Earth Fund — proporciona datos clave sobre almacenamiento de carbono, emisiones y secuestro en los ecosistemas terrestres, mejorando la comprensión global de cómo los incendios y otras actividades humanas están poniendo en peligro los sumideros de carbono y convirtiendo algunos bosques en fuentes de carbono. Estos datos ayudan a informar no solo la respuesta de emergencia, sino también las estrategias de restauración y resiliencia climática a largo plazo.

Un ejemplo destacado de la aplicación de estos datos es su integración en la World Heritage Online Map Platform (WHOMP), que ha respaldado el despliegue del Rapid Response Facility (RRF) — una iniciativa conjunta de la UNESCO y Fauna and Flora. Estas herramientas han guiado los esfuerzos de respuesta de emergencia en sitios críticos, incluidos el Área de Conservación del Pantanal en Brasil y el Parque Nacional Noel Kempff Mercado en Bolivia. En estas áreas, el monitoreo satelital y las alertas de incendios han permitido una detección temprana, una movilización más rápida de recursos y un apoyo oportuno tanto a los ecosistemas como a las comunidades locales.

© Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano 

« La subvención del Rapid Response Facility (RRF) fue crucial para movilizar rápidamente recursos que mantuvieran activo al cuerpo de guardaparques, las brigadas comunitarias de bomberos y las autoridades de lucha contra incendios en el Parque Nacional Noel Kempff Mercado. Sin este apoyo rápido, el daño a los bosques del parque y a las especies que dependen de ellos podría haber sido mucho más grave ».

© Panthera

« El Rapid Response Facility (RRF) hizo posible capacitar brigadas, mejorar la comunicación, apoyar a las instituciones gubernamentales y, sobre todo, fortalecer las acciones integradas de lucha contra los incendios entre las distintas partes interesadas ».

Más allá de la respuesta inmediata, estos esfuerzos también fortalecen la capacidad local, fomentan el compromiso comunitario y promueven prácticas sostenibles de gestión de tierras. Al combinar tecnología de vanguardia, sistemas de monitoreo operativo basados en datos de observación de la Tierra y colaboración en el terreno, la UNESCO y sus socios están apoyando a que las comunidades vulnerables estén mejor preparadas y sean más resilientes frente al creciente riesgo de incendios. En última instancia, estas iniciativas desempeñan un papel vital en la protección del patrimonio natural mundial para las generaciones futuras, preservando el valor ecológico, cultural y climático de estos paisajes irremplazables.

La UNESCO agradece el apoyo del Gobierno de Noruega al Rapid Response Facility (RRF) y del Gobierno de Flandes (Bélgica) a la World Heritage Online Map Platform (WHOMP). El WRI agradece a la Bezos Earth Foundation y a la Iniciativa Internacional para el Clima y los Bosques de Noruega (NICFI).

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