La iglesia actual fue construida en la segunda mitad del siglo XVII por Giuseppe BENONI mientras que la fachada es obra de Giuseppe SARDI.
Descrita, encargada y financiada por Antonio BARBARO en su testamento, la iglesia estaba destinada a glorificar a su generoso donador y a su familia. Así, los temas que ornan la fachada ricamente decorada son profanos e incluso guerreros, sin demasiada relación con la función cultural del edificio.
En la parte superior hallamos representaciones de virtudes civiles y militares; en el primer nivel, los cuatro hermanos de Antonio; en relieve sobre los pedestales, los planos de las ciudades y batallas navales relacionadas con la carrera de Antonio BARBARO, quien está representado en pleno centro de la fachada.
Esta última está realizada con piedra de Istria, exceptuando las estatuas de Antonio BARBARO y de sus cuatro hermanos, el nicho, la urna y las armas, que están esculpidos en mármol de Carrara.
Una espesa costra negra ocultaba la calidad de las decoraciones y piedras en el primer nivel, mientras que, en el segundo y en el ático, el deterioro se debía al chorreo del agua.
Si bien las estatuas de mármol presentan un aspecto correcto (tratamiento de conservación preventiva a base de aceite de lino aplicado en la época de su realización), los elementos de mármol del segundo piso estaban muy afectados por disgregaciones y pulverulencias.
Se observó la caída de elementos de piedra y la fisura de los muros, fenómenos provocados por el aumento del volumen de los clavos debido a la corrosión.
Los estudios fueron muy pormenorizados: se hizo inventario de las alteraciones existentes en la fachada antes de comenzar la investigación en el laboratorio.
Gracias a un trazado geométrico efectuado por el Centro Interdepartamental de Cartografía y Fotogrametría de la Universidad Internacional de Arquitectura de Venecia (IUAV), se obtuvo una descripción arquitectónica detallada y una visión global de la estructura.
Se analizaron los materiales: se tomaron muestras para efectuar análisis mineralógicos y petrográficos que confirmaron la información escrita al revelar el empleo de piedra de Istria y mármol de Carrara. Asimismo, se llevaron a cabo análisis de los elementos metálicos: se trataba de una aleación en la que dominaba el cobre. Todos los metales presentaban alteraciones superficiales debidas a la sulfatación del cobre, motivada por los elementos contaminados de la atmósfera.
Así pues, fue necesario localizar los clavos no visibles con la mayor precisión posible a fin de evaluar su estado de conservación y su función estructural.
Las investigaciones magnéticas, dificultadas por la presencia de tubos metálicos en los andamios, revelaron 40 clavos invisibles, colocados con una cierta regularidad.
Cada elemento que requería restauración recibió un tratamiento específico: las estatuas de mármol, las partes de piedra, las aleaciones de cobre y los elementos de hierro.
Se impuso la limpieza de la fachada como medida para frenar la degradación de los materiales de piedra eliminando las sales solubles existentes y preparando la fachada para recibir nuevos productos de consolidación.
A medida que avanzaba la restauración, se llegó a un mejor conocimiento del estado de conservación y, por tanto, se mejoraron las intervenciones previas a la consolidación.
Asimismo, la limpieza permitió que se descubrieran ciertos aspectos del monumento no señalados en la documentación, como los restos dejados por las herramientas utilizadas o la dejadez progresiva en el acabado de los detalles, a medida que el tiempo acordado se iba agotando.
Tras la limpieza, se aplicaron productos de consolidación y protección, escogidos en función de experimentos realizados con las muestras. Del mismo modo, se instaló un sistema anti-palomas. Su ubicación se escogió en función de la observación de los depósitos de guano. Las únicas zonas protegidas fueron las zonas "de riesgo" con el fin de preservar al máximo la legibilidad de la fachada.
El sistema consiste en una disposición adecuada de hilos eléctricos, picos de plástico e hilos de cobre galvanizados.
Las obras de la fachada de Santa Maria del Giglio finalizarán en 2001 tras una evaluación de la calidad de la intervención llevada a cabo.
Los principales puntos de interés son la duración de la acción del poder hidrófugo del tratamiento protector, la posible aparición de alteraciones cromáticas, la eficacia del dispositivo antipalomas, la evolución de las fisuras y el estado de conservación de las partes de piedra no retocadas en la restauración.
Es obvio que se procederá a las obras que puedan resultar necesarias.