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Historia de la Ciudad
por INESAU (Instituto Español de Arquitectura y Urbanismo)
En tiempos proto-históricos, el área ahora ocupada por la ciudad de Valencia consistía en lagunas y llanuras inundadas, sobre las que se cree que se asentaron tribus o familias dedicadas a la pesca. Se presume que el gran lago, del cual La Albufera es un vestigio actual, bordeaba el terreno alto que rodea la catedral, y fue allí donde nació una ciudad al lado del lago, edificada en un principio sobre pilotes y formada posteriormente por chozas.
Lo que puede llamarse como la fundación de la cuidad fue relatado por Titus Livius en los siguientes términos: "Año de la fundación de Roma 616. Junius Brutus, cónsul de España, dio a los que lucharon bajo las órdenes de Virathus parcelas de tierra y una ciudad que llamaron Valencia". No obstante, la lucha épica entre Sertorius y Pompeyo el Grande tuvo consecuencias fatales para la ciudad, que apoyó a Sertorius contra Roma. El resultado fue el triunfo final de Pompeyo, el fallecimiento de C. Herenius Sertorius y la destrucción de su ejército y de la ciudad de Valencia.
Durante el primer siglo de nuestra era, Valencia resurgió y se hizo más grande de lo que lo había sido antes de la destrucción. Plinio el Viejo se refiere a Valencia como una colonia romana situada a 3.000 pasos del mar. La ciudad romana estaba a 2,70 metros más baja del nivel actual de las calles y estaba situada originariamente en el margen sur del río Turia, en el punto en el que el río cruzaba la Vía Augusta, una calzada romana importante que se extendía desde Italia hasta Andalucía.
No ha sido posible determinar con precisión el alcance o forma de la ciudad primitiva, aunque la hipótesis más ampliamente aceptada es que el núcleo inicial estaba en torno a la catedral, con el foro en la actual Plaza de la Virgen. Bifurcándose del foro estaba el Cardo, que iba de norte a sur, y el Decumano, de este a oeste, que corresponden a las calles Navellos-Miguelete y Almudin-Caballeros. La ciudad no llegó a ser realmente importante hasta el siglo tercero, tras la destrucción de Sagunto que había sido la capital de la Región
Con posterioridad, Valencia formó parte del Reino de los Godos, aunque los documentos que están a nuestra disposición actualmente no nos posibilita hacernos una imagen clara de la historia de Valencia en este período. La crónica de S. Isidoro indica que "hasta la época de Leovigildus en el año 568, los Godos estaban confinados a un área limitada correspondiente a la de los terrenos imperiales que se extendían desde Andalucía hasta Valencia". Pueden encontrarse pruebas de la incorporación de Valencia al Reino de los Godos en las actas de los consejos celebrados desde el 633 al 693, que registran los nombres de siete obispos que regían la diócesis oriental durante este período.
Después de que los Godos fueran expulsados en la batalla de Guadalete en el 711, tres ejércitos de moros de África se abrieron en abanico por toda la península. El ejército, liderado por Tarik conquisto Murviendro, Valencia, Játiva y Denia. Los moros llegaron a Valencia en el 718. La nueva cultura islámica fue establecida en la ciudad durante cinco siglos y le confirió un carácter propio, de los que aún pueden verse vestigios.
La economía de la Valencia musulmana, basada en la agricultura, comenzó a crecer en el siglo XI bajo los Moros. Este período coincidió con el reinado de Abd al Aziz, que sirvió de instrumento para construir las murallas árabes circundantes. El recinto amurallado cubría más que el emplazamiento romano y ocupaba prácticamente la totalidad de la isla en el río Turia, aunque el doble canal del río había desaparecido en la época en que se construyó la muralla. El emplazamiento morisco era tres veces el tamaño del romano; ocupaba una superficie de 47 hectáreas y tenía unos 15.000 habitantes.
La ciudad, murallas adentro, era típicamente islámica, con sus calles estrechas y serpenteantes y un gran número de "atzucacs" o pasajes ciegos. Los edificios municipales estaban situados en el viejo recinto romano. La fortaleza del Alcázar estaba en el emplazamiento ocupado ahora por el Palacio del Arzobispado. La mezquita estaba en el emplazamiento de la actual catedral. Los únicos edificios moriscos que quedan en pie son los baños de Abd Al-Malik, conocidos ahora como los "Baños del Almirante", cuya disposición completa conocemos a partir de los grabados de Laborde
La conquista de la ciudad de Valencia por Jaime I de Aragón en septiembre de 1238 dio origen a un cambio fundamental de estilo en su urbanismo. La ciudad se dividió en diferentes barrios correspondientes a los orígenes de sus habitantes. Las 1.615 casas enumeradas en el "Llibre del Repartiment" fueron distribuidas a los nuevos habitantes, que procedían de Barcelona. Los moros restantes fueron trasladados a las afueras en la parte occidental de la ciudad, donde se creó el barrio de la "Morería". El mercado se construyó también fuera de las murallas, dónde sigue estando en la actualidad. Comenzaron trabajos para convertir las casas de los primeros habitantes y adaptarlas al modo de vida de sus propietarios. Aparecieron nuevas Iglesias Cristianas. Se introdujo la arquitectura gótica; en la mayoría de los casos en el austero estilo cisterniense que debía evolucionar posteriormente hacia formas más elaboradas.
La disposición de las calles moriscas no se adecuaba a los gustos cristianos y se adoptó un gran número de normativas relacionadas con la construcción de los nuevos edificios y de las calles en las que se levantaban, teniendo como resultado una serie de cambios poco sistemáticos en lugar de un nuevo plan global. Los "atzucacs" desaparecieron y se reguló la construcción de edificios salientes.
La población judía vivió en la parte oriental de la ciudad en una barrio cercado conocido como "el Call";
Aparecieron los primeros edificios monásticos. Estaban ubicados en torno al recinto amurallado original y situados lo más cerca posible de las carreteras principales de acceso a la capital. La emergencia de estos importantes edificios religiosos iba a tener una influencia fundamental sobre el desarrollo posterior de la ciudad. El gran número de tales edificios era una característica de la Valencia Barroca y rigió su urbanismo, ya que actuaron como puntos focales. Dentro de la ciudad, se construyeron edificios públicos, como El Almudin (el granero público) en 1307 y la Casa de la Ciudad, desde 1311 hasta 1342. Los barrios de Roteros, Boatella, Xerea y Vilanova crecieron en torno a la ciudad amurallada original. Dado que la ciudad seguía creciendo fuera de los muros, se consideró necesario ampliar el recinto. El trabajo de construcción de la nueva muralla comenzó en 1356 y la monumental puerta de Serranos se erigió entre 1392 y 1393. Estos barrios y los edificios monásticos fueron incluidos en el nuevo recinto. Los edificios municipales se establecieron en torno a la Plaza de la Catedral y albergaba los órganos principales de gobierno.
Un acontecimiento cultural capital fue la creación de la universidad, que se estableció en 1498 en el rincón sud-oriental del antiguo barrio judío. Se han conservado un número considerable de documentos relativos a las actividades de "els jurats"; estos iban dirigidos a obtener terreno a través de la expropiación y dieron origen a proyectos a gran escala para la construcción de edificios públicos (la Lonja de la seda y la torre del Miguelete).
En el siglo XVI, la característica más destacable de Valencia era el gran número de fundaciones religiosas, que cambiaron el aspecto de la ciudad. Escolano estima que un tercio de su superficie era ocupada por edificios religiosos. El camino al mar se convirtió en una vía principal y abrió la ciudad por su parte oriental. La plaza del mercado siguió siendo el centro del comercio y proporcionó el escenario para acontecimientos deportivos y religiosos. Valencia mantuvo su dispositivo medieval, en contraste con los requisitos de urbanismo que los Habsburgo impusieron en otras ciudades. El área en torno a la universidad, en particular, adquirió un carácter distintivo. El Colegio del Corpus Christi se estableció en 1586 y es uno de los monumentos arquitectónicos más importantes de la ciudad. Un aspecto significativo fue la agrupación de distintas profesiones en calles particulares, lo que dio lugar a una descomposición funcional por corporaciones. Los nombres originales de tales calles como Corregería, Calderería, Tapinería y Las Barcas han llegado hasta nuestros tiempos.
Entre las obras públicas emprendidas, la construcción de puentes sobre el río Turia fue un desarrollo particularmente importante. Además del puente existente de Serranos, el Puente del Mar se construyó en 1596 y el puente del Real tres años más tarde. La lista de los edificios basadas en tratados contemporáneos sugieren que el más notable fue el convento de San Miguel de los Reyes.
Valencia en el siglo XVI se vio afectada por una grave depresión económica causada en gran parte por la expulsión de los moros, que representaban el 30 por ciento de la población, con todas las repercusiones que esto suponía. Incluso así, prosiguió la construcción de edificios monásticos y en su punto álgido Valencia llegó a ser conocida como la ciudad de conventos y monasterios, llegando a tener hasta 41 de tales establecimientos. La actual basílica de la Mare de Deu dels Desamparats fue construida entre 1652 y 1667. Como resultado de la recuperación económica en el tercer cuarto del siglo, en 1685 comenzaron las obras de ampliación del puerto, pero fue derruido por una tormenta solo unos pocos años más tarde.
En 1704, Tomás Vicente Tosca hizo un dibujo en perspectiva de la ciudad, su primera representación cartográfica. En la primera mitad del siglo XVIII, Valencia perdió sus fueros cuando fue ocupada por los Borbones. Hubo un breve período de depresión económica, durante el cual se realizaron cambios en el tejido urbano principalmente por razones militares: la fortaleza de la Ciudadela se amplió, se derribaron las aduanas anteriores y se redujo a cuatro el número de entradas a la ciudad (Serranos, Real, San Vicente, y Quart). En 1768, se creó la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, que abogaba un modelo neoclásico para la ciudad. Por encima de todo, no obstante, la característica principal del siglo XVIII fue la construcción de edificios monumentales importantes, como las aduanas, que son ocupadas ahora por los Tribunales, las Escuelas Pías y el edificio del Temple, actualmente sede del gobernador civil. El auge del comercio destacó la importancia del puerto. Se construyó un nuevo camino, el camino del Grao, que se convertiría más tarde en la Avenida del Puerto. La boca del río estaba protegida por rompeolas y fue reforzada posteriormente por el dique de Levante. La organización administrativa del antiguo régimen dejo su señal en la ciudad y en 1762 se dividió en cuatro barrios. - la Mar, el Mercat, San Vicente y Serranos. Los cementerios de la parroquia fueron sacados fuera de la ciudad, dejando libres una serie de pequeñas áreas dentro de los muros que se usaron para ampliar algunas calles y barrios. Los trabajos del cementerio municipal comenzaron en 1805 y fueron finalizados dos años más tarde.
Desde 1808 hasta 1874, se alteró la ciudad y fue remodelada en tres fases. La primera de estas comenzó con la llegada de las tropas de Napoleón. Aunque éstas se quedaron durante un breve período solamente, las consecuencias para la ciudad fueron desastrosas, con la destrucción del Palacio Real, la Iglesia de la Soledad y los conventos de Zaidia y San Juan. No obstante, el período se caracterizó también por un espíritu de reconciliación y por una ola de construcción, especialmente a través de la apertura de nuevas plazas y el ajardinamiento de un gran número de zonas urbanas. Como consecuencia de la desamortización de Mendizabal, 16 edificios monásticos dentro de los muros y el 6 por ciento de los edificios urbanos cambiaron de propietarios. En el centro geométrico de la ciudad se abrió una nueva y sobresaliente plaza simbólica en un estilo arquitectónico uniforme, la Plaza Redonda.
El nuevo concepto urbano, unido a las posibilidades de renovación ofrecidas por la expropiación, dio lugar a un cambio en la ubicación de amenidades urbanas. El establecimiento de la primera estación de ferrocarril en el huerto del antiguo convento de San Francisco, la construcción de la Plaza de Toros y el traslado del Ayuntamiento desde la Plaza de la Catedral a la Plaza de San Francisco marcaron el comienzo del desplazamiento del centro urbano hacia el sur de la ciudad.
La tercera fase comenzó después de la promulgación de la ley de expansión urbana de 1864 una vez destruidas las murallas de la ciudad. No fue hasta 1876, cuando se estableció en el Municipio la "Comisión de Expansión Urbana", que la expansión comenzó a ser realidad. Esto iba a suponer la urbanización de una gran zona de terreno adyacente al centro antiguo de la ciudad, diseñada siguiendo el patrón de cuadrícula que usó Idelfonso Cerdá para la expansión de Barcelona.
En 1898, cuando se aprobó el proyecto municipal para la construcción de la Avenida de Valencia al Mar, se intentó acercar más la ciudad al mar con una clara intención de promover el concepto de "ciudad jardín" en Valencia. Este intentó finalizó en fracasó y solo se llevó a cabo una parte muy pequeña del proyecto.
Los primeros años del siglo XX presenciaron un período de desarrollo agrícola y comercial que tuvo como consecuencia la ejecución de muchas de las propuestas de urbanismo planteadas en el siglo anterior. La primera de éstas estaba relacionada con la rehabilitación del centro de la ciudad: la apertura de nuevos caminos internos supuso cambios significativos en el tejido urbano del centro histórico. En segundo lugar, el crecimiento de la ciudad fuera del camino de circunvalación se reguló sobre la base de un patrón de cuadrícula elaborado por Francisco Mora. Aumentar la cuadrícula más allá del camino de tránsito demostró no ser posible y el plan se limitó al área entre la Gran Vía Marqués del Turia y dicho camino.
La ubicación de los pabellones para la Feria regional en 1909 en el margen izquierdo del río dio lugar a un desarrollo considerable de la zona entre el Paseo al Mar y el Río. Otras propuestas anteriores fueron materializadas durante la dictadura y, después del paréntesis causado por la Guerra Civil, las reformas urbanas prosiguieron de una forma poco sistemática. En 1946, se adoptó el "Plan de Ordenación de Valencia y su Cintura", mejorando los aspectos técnicos de las propuestas de urbanismo anteriores. Tras las fuertes inundaciones de 1957, se elaboró el Plan Sur con el objeto de urbanizar una gran zona de terreno que se extendía más allá de los estrictos límites municipales de la ciudad.
En los años que siguieron, la edificación incontrolada tuvo un impacto adverso sobre el crecimiento de la ciudad y afectó a su urbanismo.
El centro histórico es en la actualidad el centro de una operación de rehabilitación importante que implica la elaboración de propuestas de urbanismo específicas e inversiones directas. Desde la revisión del Plan General de Ordenación Urbana, aprobado en 1989, Valencia ha ido orientando sus actividades de urbanismo a sus necesidades actuales.
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Torres de Serranos


Central Market


Miguelete Bell Tower of the Seo


Miguelete View from rom the Plaza de la Reina


Plaza de la Virgen


Old mercantile center


Plaza de Torros
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